Sin embargo, el bote trasladaba alrededor del doble de su capacidad de carga y hasta 41 migrantes irregulares en su tránsito hacia territorio trinitense, quienes carecían además de chalecos salvavidas y otros implementos de seguridad necesarios para la navegación.
La embarcación zarpó de un lugar ilegal y de manera encubierta en horas nocturnas, con la intención de evadir los controles marítimos establecidos por los organismos de seguridad, señaló el Ministerio en un comunicado.
Agregó que el Ejecutivo venezolano dispuso de mayores controles y dispositivos de seguridad para evitar hechos de esta naturaleza.
Asimismo, las autoridades rechazaron la manipulación política de sectores extremistas que han utilizado la imagen y memoria de los fallecidos en sus pretensiones de afectar la estabilidad del país y las relaciones de coordinación entre los gobiernos de Venezuela y Trinidad y Tobago.
Las pesquisas en torno a la tragedia condujeron al desmantelamiento de una red de tráfico de personas desde territorio venezolano hacia la nación caribeña.