Hoy, en este día de acción de gracia; he querido tomarlo para dedicarlo a escribir uno de mis tantos artículos de opinión, con la particularidad que éste, en especial va dedicado a un preclaro ciudadano, excelente padre de familia, prominente médico, destacado gineco/obstetra, pero sobre todo un amigo en toda la extensión de la palabra
Me refiero a Roberto de Jesús Yáñez, un hijo de Carúpano, pero a quien el destino le reservó la ciudad de la Victoria, como la suya de origen, a la cual llegó hace más de 1/2 siglo a cumplir con su juramento hipocrático, desarrollando una exitosa carrera en todos los sectores de la sociedad con el impecable trato con el que se ganó el respeto, cariño y aprecio de todos.
Su indiscutible apego al cumplimento a la responsabilidad y su campechana actitud, lo hicieron merecedor del reconocimiento de su gremio al cual representó a solo dos años de su llegada a esta tierra de la heroicidad; signada por la Batalla de La Victoria fue electo el secretario general del colegio de médicos de dicha seccional en el período de 1970-1971
Hecho que fue promovido por un grupo de colegas suyos con quienes maduró una hermandad más allá del gremio, sino respaldado por un destacado galeno de la época; quien le había salvado la vida cuando Roberto Yáñez con solo once (11), años de edad presentó una Fiebre Tifoidea en su pueblo natal y cuyas posibilidades de alcanzar el tratamiento era muy remotas.
Pero, quizás la bendición del arquitecto universal le puso en su camino al jefe del distrito sanitario del otrora MSAS.
Ese médico se llamó Rodríguez Brito (+) quien veinte años antes (20), le había salvado la vida a aquel Carupanero, nacido en la hacienda La Fundadora
Fue precisamente ese galeno quien junto a Elías Buyón (+), le abrieron los brazos; a quien venía de trabajar en el centro médico de Caracas y luego fue a parar al Sombrero, Municipio Mellado del estado, Guárico en donde cumplió su ciclo hasta llegar a la ciudad de la Juventud…
Donde lo conocí cuando yo, con solo doce años (12), me paseaba la casona en la que funcionaba el seguro Social (IVSS), la cual tenía su sala de parto al final de dicha sede, colindante con la calle Rivas Dávila; allí atendía las parturientas y en mis travesuras de cada esquina recorrida, en esa casona, observé más de una vez el parto de VICTORIANOS, que llegaban al mundo de las manos bendecidas de *Roberto de Jesús Yáñez*
Con quien al transcurrir de los años me vinculé en lo personal y nos unió una circunstancia profesional en dos ocasiones que me llevó a tenerlo como mi hermano mayor y tratarnos con el alias de (Comandante), simultáneamente así nos Tratamos él me dice comandante Cheo y yo, le llamo comandante Yáñez)
En el año 1992. Cuando nacía mi hija menor, su madre era negativo en su tipo sanguíneo y por desconocimiento, omisión o las razones que hayan sido nunca le fue colocada la vacuna de Rhogam
En la actualidad, se utilizan inmunoglobulinas especiales, llamadas Rhogam, para prevenir la incompatibilidad Rh en madres que son Rh negativas. Si el padre del bebé es Rh positivo o si no se desconoce su tipo de sangre, a la madre se le aplica una inyección de Rhogam durante el segundo trimestre.
Lo cual no se practicó a la madre de mi hija y cuando se produce el parto, el médico tratante, le hizo la extracción del líquido amniótico.
El líquido amniótico es un fluido líquido que rodea y amortigua al embrión y luego al feto en desarrollo en el interior del saco amniótico. Permite al feto moverse dentro de la pared del útero sin que las paredes de este se ajusten demasiado a su cuerpo, además de proporcionarle sustentación hidráulica.
Eso me asustó y de inmediato corrí casa del comandante Yáñez o Roberto de Jesús, como también acostumbro llamarle
Este me esperó en su casa y mientras preparaba un café, me indicó que tenía que irme de inmediato a Valencia, a buscar un ahijado de promoción quien le haría el análisis, dicho y hecho. Llegué a Valencia y, el amigo me recibió en su casa en la cual me invitó a almorzar; haciendo hincapié SI Eres Amigo de Mi Padrino de Promoción eres mi amigo y aquí todo te lo haré sin costo alguno.
Así fue el doctor Ledezma, resolvió en tiempo récord lo que me angustiaba y, lo que requería trato científico, hecho que nunca olvidé ni olvido. Por ironías del destino años después una paciente le hurtó del consultorio de Roberto de Jesús en el centro médico Cardonal de la Victoria; un récipe, con el cual se compró un (pitocin)
La oxitocina es un medicamento que se administra a través de sus venas ( IV o intravenoso) para iniciar las contracciones o hacerlas más fuertes. Causando en ocasiones como fue el caso, un legrado uterino incompleto causando un aborto generando una investigación por parte del Cicpc que citó al doctor Yáñez, por presunto autor de suministrar el récipe. Colocándole ante una circunstancia muy adversa e incómoda, a su edad.
Y, a mí; en la de demostrar mi gratitud como profesional del derecho para librarlo de algo que, de acuerdo a la verdad verdadera no tenía ninguna responsabilidad pero, la verdad procesal le hacía ver como un culpable de aquel abominable hecho que causó una madre sin escrúpulo y cuyos medios al llevarse el récipe comprometía la majestad del comandante Yáñez. Librado de ese hecho que el solo recordarlo causa estupor, por eso me traslado al presente
Lleno de satisfacción al saber que está en España, donde la situación país lo llevó, junto a su compañera de vida, hijos y Nietos.
Está lúcido, y se mantiene al tanto de todos sus recuerdos que van desde sus compañeros del seguro social, sus taxistas, ya que nunca manejó, recuerda con nostalgia a Crispín su chófer y amigo de la camioneta Jeep wagonieer que servía de transporte a la familia.
También conserva al tanto todo lo que significó la Clínica Victoria (+), en la que fue socio del doctor Pérez Hernández y Plácido Duque (+)
Allá en la tierra del Fandango reside hoy, junto a su señora de cuya unión familiar nacieron: Roberto, Fabián, Liliana y Mariange*
Son sus nietos: Roberto y Valentina cuya causalidad nos hace más cercano su única nieta lleva el nombre de una de mis nietas.
Cierro este sencillo pero, digno reconocimiento público al médico y, al amigo Roberto de Jesús Yáñez Como testimonio a su eminente trayectoria en pleno uso de sus facultades para que lo consideren, tanto las nuevas generaciones como los VICTORIANOS, que tenemos la dicha de saber quién es este Carupanero hecho de la más digna estirpe oriental y rodeado con el credencial más relevante de todo ser humano: Humildad y Rectitud
Con emoción y honor comandante Yáñez.
Aquí desde Venezuela para usted; en esa tierra del Fandanguillo