Un nutrido grupo de motorizados, liderados por Dionisio Salinas, presidente del Frente de Motorizados del estado Aragua, recorrieron este sábado las diferentes sedes policiales del municipio José Félix Ribas: “cansados del maltrato y la matraca por parte de los funcionarios”, afirmaron que “en cada alcabala nos quitan mínimo 10 dólares, sin contar refrescos, hamburguesas y artículos de primera necesidad”.
Salinas señaló que “hacemos acto de presencia, a solicitud de Pablo Toledo, presidente de la Asociación de Motorizados del municipio José Félix Ribas”, afirmó que “hemos recibido denuncias sobre una ola de atropellos, que debe ser solventado por los jefes policiales de la zona (…) es por ello que hemos venido a la sede de la Policía Nacional, así como la regional y municipal”.
El manifestante se refirió además al tema de la gasolina, asegurando que “esa es otra rosca que se debe acabar”, aseguró que “los militares excluyen a los motorizados, y no quieren surtir sino a los automotores (…) un tema que compromete sobre todo a los mototaxistas, que necesitan del combustible para ganarse la vida”.
En la Policía Nacional fueron recibidos por los jefes de guardia, quienes se comprometieron a investigar las denuncias y a tomar cartas en el asunto, allí mismo conversaron con el Comisionado Agregado Andrés Adalfio, jefe de Poli-Aragua en la ciudad de La Victoria. Acto seguido se dirigieron a la sede de Poli-Ribas, donde a pesar de ser recibidos con toda cordialidad, decidieron no esperar al jefe de los servicios para canalizar una reunión con el comandante, el mismo, se encontraba en labores de patrullaje cuando los manifestantes abordaron el comando.
La manifestación se disolvió con la llegada de Adalfio, quien dialogó con los motorizados y ayudó a que las situación volviera a la normalidad.
Finalmente Salinas aseguró que “ya hablamos con todos los comandantes y se comprometieron a poner fin a esta incómoda situación (…) en ese sentido si no hay respuestas concretas y favorables en 15 días, los motorizados tomaremos las calles para exigir respeto como trabajadores y padres de familia que somos”.
RESPUESTA POSITIVA
Todos los jefes policiales coincidieron en que la mayoría de sus funcionarios son personas honestas y apegadas a la ley, pero dijeron estar claros que hay casos que requieren atención por parte de la superioridad. En tal sentido asumieron el compromiso de “meter la lupa” a lo expuesto por los motorizados y a castigar cualquier irregularidad con todo el peso de la ley.

