Douglas Flores.- El 21 de octubre de 1921, la población de Zaraza en estado Guárico, fue testigo del nacimiento de María Evangelista Medina de Toro, mujer con temple de acero quien hoy 102 años después y en medio de una celebración bendecida por la lluvia, dice “Ahora es que queda María Evangelista pa’ rato”.
“Abuela Madre”, como cariñosamente la llaman sus nueve hijos, 35 nietos, 45 bisnietos y 3 tataranietos, ha venido derrochando y cosechando amor y cariño a lo largo de un centenar de años y dos más de vida, gozando de buena salud, superando un accidente cerebrovascular en víspera del centenario de su nacimiento, episodio que para nada mermó su deseo de seguir viviendo regalando ese sentimiento de afecto a todos sus seres queridos y conocidos, auto describiéndose como una mujer muy religiosa, devota del Doctor José Gregorio Hernández.

Quienes han tenido la dicha y fortuna de conocer a Doña María Evangelista, la describen como una mujer luchadora incansable, dedicada 100 % a la crianza de sus hijos, fomentando en ellos educación y valores morales a pesar de no contar con estudios más que los que la vida y Dios puso en sus manos, mismos valores que ha trasmitido a sus siguientes generaciones quienes ven en ella a un orgullo de mujer, ejemplo a seguir.
“Nuestra madre hoy a sus 102 años todavía piensa que estamos pequeños, es muy regañona y cada momento nos dice que nos va a pegar, está muy pendiente de su cocina o de su fogón como lo llama, que no se le quemen las arepas que son para su mamá que ya viene, que le tapen la comida de Ramón (su esposo fallecido), al rato nos dice “mi viejo si es sinvergüenza no ha llegado…”, comentó entre risas, Aura Toro de Raymond, séptima de los nueve hijo que procreó junto a José Ramón Toro, su esposo y fiel compañero de vida.

Una de sus mayores costumbres como ama de casa y cabeza de hogar, ha sido siempre el domingo familiar, donde no puede faltar el tradicional sancocho, un buen carato y el dulce de lechosa, fortaleciendo el núcleo del entorno familiar toda su vida, tal cual como se lo enseñaron sus padres.