Hace días mientras observaba un vídeo logré visualizar un retrato del apreciado Renny Otolina donde se podía leer: “El país es medible. La patria es del tamaño del corazón de quien la quiere”, y esto me llevo inmediatamente a lo compartido la semana anterior cuando de cierta manera exprese el egoísmo que tristemente a inundado nuestro país, de igual manera recordé las palabras de un valioso personaje en mi vida que más que un primo, es un hermano para mí que me dijo: “Primo, hay mucha gente en la calle, buena, creativa, emprendedora, innovadora, que busca ayudarse entre sí y salir adelante”.
Esto me lleva a reflexionar una vez más y observar que nuestra tierra posee una inmensidad incalculable. Basta con solo observar nuestra historia, nuestros próceres, nuestros jóvenes que dieron sus vidas en el campo de batalla soñando la libertad, cada hombre y cada mujer que aún cree en esta inmensidad y día tras día sale y se mantiene en pie de lucha con miras a algo mejor, basta con recordar esas multitudes que inundaron las calles de esperanza y la vistieron del tricolor, no persiguiendo una ideología política sino ese mismo sueño de tantos años, sueños de libertad.
Basta con observar las multitudes que han tenido que salir de esta hermosa tierra en búsqueda de oportunidades pero que aun estando afuera contribuyen con aquellos que dejaron atrás y a su vez con la economía de un país, esos que en sus estados y sus redes sociales expresan la necesidad de volver, que tristemente descubrieron el valor de un país en estas circunstancias.
Esas personas que se esfuerzan por conseguir un beneficio por la comunidad sin importar las críticas y señalamientos, aquellos que siempre tienen una mano para extender cuando alguien la necesita, los que se desprenden de las cosas sin importar si serán o no retribuidos, esos que sin importar se atreven a emprender con miras a crecer y ser de ayuda a los demás. Son ellos, los que definen un país, son estos los que determinan lo extenso del mismo, los que suman y no restan, los que empujan y no anclan, esos son los que dibujan lo ancho y largo de un territorio.
Seamos parte de estos soñadores, tomemos nuestros pinceles y dibujemos la inmensidad de nuestra amada Venezuela, abandonemos el yo y entremos en el nosotros, en el colectivo, en el bienestar de todos. Venezuela siempre ha sido conocida por su gente, esa gente valiente, esforzada, noble, optimistas, leales, apasionados, aventureros, que aman, que luchan, que creen, que sueñan, que avanzan, que conquistan y sonríen, que a pesar de estar en otras tierras se entregan y dejan su vida por dejar el nombre de esta nación en alto; mantengamos esa imagen, demostremos que si podemos por encima de cualquier circunstancia, que aún vive en nosotros el sueño de ser libres, de crecer y de ayudar. Soñemos por un país y hagámoslo realidad, hagamos infinita su extensión y compartamos cada centímetro de ella en verdadera hermandad.
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