Ferrari, la escudería más laureada de la Fórmula Uno, que festejó un ‘doblete’ el pasado domingo en Baréin, estrena este fin de semana, en el Gran Premio de Arabia Saudí, sus dos lideratos: el del monegasco Charles Leclerc, en el Mundial de pilotos; y el que este ocupa junto al español Carlos Sainz en el campeonato de constructores.
Los de la ‘Scuderia’, de ese color, serán, sobre el papel, los monoplazas a batir a orillas del Mar Rojo, que baña Yeda: sede de la segunda carrera del año, de nuevo nocturna, en su circuito urbano -el más rápido del mundo, estrenado el año pasado-, de 6.175 metros.
El segundo más largo del campeonato, después de Spa-Francorchamps, que alberga el Gran Premio de Bélgica (7.004 metros). Una pista muy técnica, con 27 curvas (16 a la izquierda), muchas de ellas rápidas; a la que el domingo está previsto dar 50 vueltas para completar un recorrido de 308,7 kilómetros.
En Baréin se confirmó lo que se había vislumbrado durante la pretemporada: que Ferrari podría volver a ser el equipo dominador de antaño -ninguna escudería iguala sus 15 Mundiales de pilotos y sus 16 títulos de constructores-. Leclerc, de 24 años, firmó una sensacional victoria -su tercera en la F1- desde la ‘pole’ y con vuelta rápida; y Sainz, de 27, se unió a la fiesta roja igualando su mejor resultado y firmando su séptimo podio en la categoría reina, el quinto con el equipo de Maranello (Italia).
vía: EFE