Siendo hoy 03, de diciembre el tricentésimo trigésimo séptimo día del mes del año en curso, he querido rendir tributos a todos los seres humanos del mundo y con especial deferencia en Venezuela, que están en una condición de minusvalía; debido a cualquiera de los motivos que los sitúan en una condición corporal especial.
Siento una nostalgia que me embarga, por una razón que quizás nunca hubiera dado a conocer y menos públicamente.
Me refiero a la condición de discapacidad que sufrió mi adorada madre, Olga Utrera de Díaz, cuando ese año una (Gangrena Gaseosa), causada por una diabetes, llevó a los médicos a efectuar la amputación de una de sus piernas.
Justo en el año 1992. Cuando la asamblea de las naciones unidas proclamó el día internacional de los discapacitados. Se llevó a efecto la intervención quirúrgica que marcaba la antesala, de la muerte del ser que después de dios, he amado con todas las fuerzas de mi alma. Mi Madre.
Fue entonces que supe en carne propia, el significado de tener en una silla de ruedas, a la mujer que forjó con la mayor reciedumbre mi formación desde la célula angular de la sociedad; como lo es, la familia. Fue entonces cuando se reforzó en mí el sentimiento de comprensión y de caritativo
Para esos seres que padecen y sufren una situación corporal en condiciones de desventaja, con la diferencia que la crianza de ella y su gallarda actitud de mujer rectora de labranza del quehacer diario de los oficios de la casa le impidió aceptarlo y cuando la misma enfermedad la consumió y la orden médica era amputar la otra pierna, hecho que no aceptó y solo 06 meses duró porque no permitió quedar inválida, ese día internalicé mi pasión por los discapacitados.
Mientras deambulan por las calles de las grandes ciudades de Venezuela, como de sus pueblos y campos, carentes de posibilidad alguna de alcanzar desde una prótesis hasta un par de muletas
El Instituto Nacional de Estadística, lo conmemora en función del rescate de los valores hacia las personas con discapacidad, para promover los logros alcanzados en materia de derechos humanos., educativos y asistenciales en la nación
A lo cual no me opongo, pero si realmente eso se cumpliera con la prioridad respectiva.
Por el contrario los utilizan para eventos de orden proselitistas y con una dádiva o una bolsa de cuatro kilos de arroz y pastas los conminan a ser ciertos trabajos y una que otra actividad cultural, artística y/o académica en virtud de diseñar un proyecto de accesibilidad para todos sin distingo y sin politizar su discapacidad para poder otorgar los beneficios que por derecho legítimo le corresponde a todos.
Por esas y muchas otras razones considero que entre todas las empresas y sectores comerciales, universidades y gremios del país, debemos establecer las líneas estratégicas que concreten los beneficios a quienes sufren y padecen esta lamentable crisis
La que tendremos que enfrentar como país organizado, cuando se haya superado la hiperinflación y se ajusten los desafueros de orden político y social que han contribuido a la desarticulación institucional del Estado. Entonces será en esa circunstancia que pudiéramos celebrar con dignidad ¡EL DÍA DE LOS DISCAPACITADOS!