Es un honor y una inmensa satisfacción saludar a todos y a cada uno de los farmacéuticos de Venezuela, hoy primero de diciembre cuando se celebra el día de estos profesionales
Mis bendiciones y mis abrazos van para aquellos que aún, continúan luchando en esta titánica batalla de desequilibrios estructurales en la nación, e igualmente para aquellos que se marcharon y están fuera de nuestra tierra.
En el caso que me ocupa; hago hincapié en un par de amigos a quienes les estimo y agradezco infinitamente su confianza, su apoyo, su vocación de servicio y, el sentido de altruismo en beneficio de aquellos que no tienen en ocasiones para adquirir su medicamento y cubrir el respectivo tratamiento.
Uno de ellos es Zoilo Luna, distinguido por sus preclaros conocimientos los cuales alterna con la docencia en el área de la toxicología forense. Con él compartí las aulas de posgrado en CRIMINALÍSTICA cuando el entonces iupolc organizaba la prosecución de estudios de cuarto nivel y, en convenios suscritos con universidades autónomas del país se llevaban a efecto en muchos estados
Allí obtuve no solo los conocimientos sino el afecto y la valoración de un amigo como lo es hoy, Zoilo Luna quien me brindó una sincera y fructífera hermandad la cual se ha traducido con el transcurso de los años en una alianza estratégica entre dos generaciones con un solo propósito: el bien a nuestros semejantes
Por eso quiero hacer públicas mis expresiones de cariño y reconocimiento por su ardua labor docente y de Farmaceuta, las cuales seguro en su nombre se hacen extensivas a sus colegas, alumnos y amigos de toda Venezuela
Otro a quien no puedo pasar por alto es a Leonardo Yibirí quien reside en La Victoria, mi ciudad natal y cuna de muchas gestas independentistas que lamentablemente no le han servido de escaño para ascender en crecimiento de su significado histórico, pero que es tema para otra columna.
Ese amigo con quien sostengo soterrada e inquebrantable relación es un samaritano que ha sacrificado capital y tiempo de su vida; para servir a los que acuden a él, en búsqueda no solo de la medicina, sino del amigo, el caritativo y consejero sicológico, que los hace salir confiados en que sanará su enfermedad con el solo hecho que el doctor Yibirí los inyectó, le preparó un ungüento antimicótico o en su defecto les recomendó un jarabe que cesaría su angustia, micosis o cualquier cuadro doloroso
Por esas razones estoy escribiendo este sencillo artículo como una demostración del respeto y las consideraciones de las cuales estos dos profesionales y hermanos de la vida merecen
A dios; mil gracias, por abrir en mi los caminos que permiten desarrollar en mi pensamiento los elementos que, se conjugan en un conjunto superlativo de rasgos conceptuales a favor de mi semejantes
FELIZ DÍA DEL FARMACÉUTICO
Ese cuyo origen nace hace más de cinco décadas cuando un Primero de diciembre se acordó en la isla de Cuba en el cual se celebró el primer congreso Panamericano de Farmacias en 1948 y donde se suscribió el primero de diciembre como el día a festejar en las tres Américas
Dios me los bendiga: Zoilo Luna y Leonardo Yibirí
Es una inmensa alegría e infinita bendición contar con dos preclaros y abnegados profesionales de esa ciencia de la salud, con quienes cuento y he contado como hermanos de la vida por voluntad de dios