La jamaicana Elaine Thompson-Herah confirmó su condición de «reina» indiscutible de la velocidad, tras imponerse este sábado en la final de los 100 metros lisos de la reunión de Eugene (Estados Unidos), novena etapa de la Liga de Diamante con unos espectaculares 10.54 segundos, la segunda mejor marca mundial de todos los tiempos.
Thompson-Herah, que logró el «triplete» en los Juegos de Tokio, tras colgarse el oro en los 100, 200 y en el relevo 4×100, se quedó a tan sólo 5 centésimas del legendario récord del mundo (10.49) de la estadounidense Florence Griffith-Joyner, vigente desde el lejanísimo 1988.
Una marca que no hace tanto se antojaba un imposible y que este sábado Elaine Thompson-Herah se mostró capacitada para asaltar.
Motivada por la presencia de la estadounidense Sha’Carri Richardson, la gran ausente de los pasados Juegos Olímpicos, que la norteamericana se perdió tras dar positivo por mariuana, quiso dejar claro desde un principio que hoy por hoy no tiene rival.
Ni Sha’Carri Richardson, que tras una mala salida se quedó rápidamente descolgada para concluir en novena y última posición, ni sus compatriotas Shelly-Ann Fraser-Pryce y Shericka Jackson a las que como ocurrió en Tokio volvió a batir.
De hecho, si en la capital japonesa, donde Elaine Thompson-Herah se impuso con un tiempo de 10.61 segundos, nuevo récord olímpico, aventajó en 13 y 15 centésimas, respectivamente, a Fraser-Pryce y a Jackson, en Eugene superó por 19 a Shelly-Ann Fraser-Pryce y en 22 a Shericka Jackson.
Sin embargo, la jamaicana Thompson-Herah no fue la única campeona olímpica que brilló en la pista del Hayward Field, el escenario donde se disputarán en 2022 los Mundiales, donde también dio muestra de su enorme talento la estadounidense Athing Mu.
La joven atleta norteamericana, de tan sólo 19 años, estableció la mejor marca mundial del año en los 800 metros, tras imponerse este sábado con un tiempo de 1:55.04 minutos, 17 centésimas menos que la marca que sirvió a Mu para proclamarse campeona en Tokio.
Un tiempo que Athing Mu pareció en disposición de rebajar todavía más, tras dejarse ir en los metros finales que la estadounidense dominó a su antojo.
Igualmente sobresaliente fue la actuación de la keniana Faith Kipyegon, campeona olímpica en Tokio, que coqueteó, incluso, por momentos con la posibilidad de rebajar el récord del mundo de 1.500 metros.
Pero finalmente Kipyegon, que echó de menos algo más de competitividad por parte de sus rivales para poder asaltar la plusmarca universal, tuvo que conformarse con unos notables 3:53.23 minutos, que no sirvieron a la keniana ni para rebajar la mejor marca mundial del año que ella misma posee desde el pasado mes de julio con un crono de 3:51.07.
Con información de EFE