Simón Henrique López / La Victoria.- Tal día como hoy, hace 102 años, en una esquina de la entonces, actual y eterna Plaza Colón de La Victoria, nació Don Simón López quien años después sería, sin duda alguna, el padre del periodismo moderno en La Victoria, el Eje Este y, en fin, en toda la provincia del estado Aragua.
Fundador, en 1964, del quincenario El Provinciano, Don Simón continuó la tradición iniciada por otros grandes del periodismo local como Diego Hurtado con su El Edén y Carlos Bejarano García con El Industrial, sólo por mencionar algunos. De esta forma trataba de cumplir su sueño de que su amada ciudad contara con adecuados y modernos medios de comunicación.
La Historia de un periodista
El afán de Simón López por pergeñar cuartillas, como diría el cronista aragüeño Oldman Botello, aflora desde los más tempranos años de su mocedad. Primero como corresponsal de la Agencia de Noticias PEVE y más adelante, junto a su inseparable amigo y compañero de travesuras, aventuras y sueños, el poeta Luis Pastori con la creación del periódico local SIMIENTES.
De este primer alumbramiento periodístico, contaba Don Simón, que él junto a Pastori, emocionados por ver su creación, se iban hasta el lugar donde lo imprimían y “como un par de bobos” según sus propias palabras, iban viendo y contando cada una de las páginas que mágicamente emergían de la vieja imprenta manual Gutemberg.
Luego vino la revista La Victoria de Rubén Castillo Baute donde firmaba con el pseudónimo de Silop y el prestigioso diario El Nacional, dirigido nada menos que por Miguel Otero Silva. del cual Don Simón fue su corresponsal en La Victoria a comienzo de la década de los 60’s lo que le permitió ser la primera pluma que informara al país y al mundo acerca de lo que fue el último desastre ferrocarrilero que hubo en Venezuela, cuando en la naciente Zona Industrial Soco, justo donde ahora se encuentra el ONIX, una vetusta locomotora se estrelló aparatosamente contra una unidad de los Colectivos Victoria, mejor conocidos como los Autobuses de Alegría, en referencia al apellido de su dueño.
El Provinciano, el más longevo de los medios impresos de Aragua con más de 50 años de publicación, marcó un tiempo y una época de La Victoria, allí se plasmó la historia del antiguo distrito Ricaurte en la segunda mitad del siglo XX, en sus páginas escribieron connotados intelectuales de la talla del ya mencionado Luis Pastori, de Federico Brito Figueroa, Miguel Ramón Utrera, Leopoldo Silva Salcedo, Julio Páez, Elena Torres Tovar, Miguel Ángel Álvarez, Francisco Jaramillo Acevedo por sólo mencionar algunos, pero también se lideraron campañas exitosas en la búsqueda del progreso de la región y de la mejora de la calidad de vida de sus habitantes, entre ellas se recuerdan la lucha por la construcción de la carretera entre La Victoria y la Colonia Tovar y la edificación de un moderno hospital para La Victoria, ambas obras están allí, hoy como un imborrable recuerdo y un monumento permanente a la titánica labor de un humilde periódico provinciano.
Entre otras cosas más que pueden decirse de la vida, trayectoria y obra de Simón López está el tiempo que estuvo prestado a la política. Medinero hasta los tuétanos, ocupó en dos ocasiones la secretaría del ilustre Concejo Municipal del entonces Distrito Ricaurte y como militante del PDV (partido del General Medina Angarita) alcanzó una curul en la recordada Asamblea Legislativa del estado Aragua.
Como fablistán recibió muchos premios y condecoraciones, entre ellos el Premio Municipal de Periodismo Don Diego Hurtado y Carlos Bejarano García, El Premio Regional de Periodismo Armando Cesar Lago. Fue condecorado con la Orden Samán de Aragua por la Gobernación de esta entidad, recibió la Orden Miguel Acosta Saigne, la Orden Mérito al Trabajo, conferida por el Presidente Luis Herrera Campíns e impuesta por su amigo Luis Pastori a la sazón Ministro de Estado para la Cultura y, por supuesto la Orden Ciudad de La Victoria.
Defensor a ultranza de la libertad de expresión, Don Simón López dejó una gran herencia ética y espiritual entre ella el concepto de lo que para él debía ser el norte y fin de todo periodista. condensado en la eterna frase del enciclopedista francés Francoise Maríe de Voltaire: “No estoy de acuerdo con tu opinión, pero daría mi vida por defender tu derecho a expresarla”.