Aún consternado por la tragedia que enluta a nuestro país, luego de los hechos acaecidos en Güiria, no he querido que me abrumen las penas ni el dolor, por lo cual me inspiro en la historia de nuestra Patria, conmovida por casi un bicentenario de luchas, guerras, ambiciones y traiciones que parecen nunca cesaron; permaneciendo vigente: la patada a la historia señalado por conocedores de misma, como la más clara descripción de lo que ha sido el hombre a lo largo del transcurso del tiempo, en su afán desmedido por alcanzar: el poder, y con él, bienes de fortunas de los cuales, casi la totalidad son producto de los más indignos hechos de corrupción y desfalcos a las arcas del erario público, contra eso luchó Bolívar…
Pero, fue infructuoso ese flamante sueño de hacer del sur una América cohesionada a los más dignos y fieles principios de patriotismo y, no “Patrioteros” como ocurrió y 190 años después de su muerte parecen ser los mismos esquemas, que consumaron el fracaso de su idealismo independentista, en donde las traiciones y ambiciones sigilosamente están presentes, así como en 1830.
La disolución de la Gran Colombia; se refiere a la desintegración de las estructuras políticas y del gobierno central de dicho país suramericano, y que culminó en la creación de tres estados independientes: la República de Venezuela, la República del Ecuador y la República de la Nueva Granada.
Sin que aún se consolidara la unión, ni cesaran las diatribas y manifiestas conspiraciones en las partidos políticos, para si él bajar tranquilo al sepulcro, fue desarticulado el sueño que conversó con el general Miranda en 1819, y el cual lo consagró como Libertador, pero se derrumbó meses antes de aquél 17 de diciembre de 1830, cuando expiró en aquella quinta de San Pedro Alejandrino de La Colombia soñada, luchada y amada…
El principal líder ideológico para la creación de la Gran Colombia fue el Libertador Simón Bolívar, quien pretendía crear una nación lo suficientemente fuerte como para competir económicamente con las potencias europeas y mantener su independencia. Fue el sueño de unidad más ambicioso de Latinoamérica. Pero al igual que los enemigos de los procesos de desarrollo son castrados; por resentidos que se trepan al poder, causando miseria y destrucción
El proceso de disolución se inició en Venezuela con un movimiento social y político llamado “La Cosiata”, dirigido por José Antonio Páez en el año 1826. Este movimiento estaba en contra de las políticas centralistas de Simón Bolívar y el gobierno de Bogotá, en donde estaba concentrado el poder político de la Gran Colombia.
Nada más parecido a la realidad que vivimos, en donde se ha construido un proyecto de país en los que unos “líderes” con pie de barro; que los hace desvanecerse ante la lujuria incentivada por la ambición al y desde el poder juegan a la desunión y al separatismo tal cual una “Cosiata” parte dos; predominando el interés particular y de grupos, antes que el país.
Es tal la similitud, de los hechos que rodearon la destrucción de Bolívar a casi doscientos años de su muerte, en su afán libertario contra el yugo y la tiranía española, en el cual se desnudó la grotesca actitud de personeros que fingían unidad y solo perseguían su gloria individual como ocurre hoy, con las honrosas excepciones de quienes desean Libertad y entre quienes aspiran el poder para detentar privilegios sin importarles un ¡Carajo! el País
Si la Gran Colombia existiese hoy, sería una nación de 96 millones de habitantes y 2,5 millones de kilómetros cuadrados de territorio.
Las cuatro naciones que alguna vez formaron la alianza soñada por Simón Bolívar después de conseguir la independencia de España tienen hoy, entre todas, un producto interno bruto de US$952.000 millones.
Y junto a un potencial económico que incluiría las mayores reservas petroleras del mundo, un canal interoceánico y varias de las principales metrópolis de América Latina, sería la dueña de una variedad geográfica, cultural y social con pocos paralelos.
La Gran Colombia se acabó en 1830 cuando Ecuador, Venezuela y Colombia tomaron sus propios caminos, Panamá se convirtió en una nación independiente en 1903 al separarse de Bogotá. Todo se desvaneció hace 190 años cuando sin siquiera haber muerto Simón Bolívar, mataban su mayor aspiración, “La Gran Colombia en la que libró batallas y entregó su patrimonio hasta su último día de vida, y la que le aconteció muriendo unos tres meses antes que él a sus 47 años.